El Proceso Comunitario para la Confirmación (PCC) es una propuesta pastoral, evangelizadora y catequística de interioridad e inserción en la Iglesia, para jóvenes y adultos, en la preparación al sacramento de la Confirmación, desde el servicio eclesial del Movimiento de la Palabra de Dios.
Busca anunciar a los hombres que Jesús está vivo y que es posible tener un encuentro personal con Él. Ese encuentro invita a la conversión, lleva a un cambio de vida según el Evangelio e impulsa a la misión, construyendo la Iglesia y evangelizando el mundo.
Proceso
Esta propuesta hace de la catequesis un “proceso”, es decir un itinerario con estilo catecumenal de iniciación en la fe. Se trata de un camino en etapas y gradual en el que se anuncia el kerigma en orden a la conversión, se busca catequizar integralmente desde la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia preparando para recibir los sacramentos y se conduce a la incorporación en la comunidad eclesial.
Además con el término “proceso” se indica que la catequesis no es en sí misma un hecho aislado, algo esporádico en la vida del creyente, sino que acompaña en cualquier momento o etapa en la que este se encuentre, conectándolo con las experiencias pasadas y proyectándolo hacia el futuro.
Comunitario
Es un proceso “comunitario” ya que la experiencia de fe se hace en la comunidad cristiana, ya que la catequesis es su responsabilidad, y en un ambiente fraterno que acoja a los catequizando donde puedan vivir lo más plenamente posible lo recibido. La vida de fe de la comunidad eclesial constituye el testimonio del mensaje anunciado, la comunidad es quien revela la fecundidad de la fe y lo que esta es capaz de obrar en quien la acepta. A su vez la Iglesia también recibe riquezas de los catequizados y a partir de ellos crece, así la catequesis conduce también a la madurez de la comunidad.
Y es catequesis “para la confirmación” en la fe. Esto significa perfeccionar la gracia bautismal recibiendo el Espíritu Santo que enraíza más profundamente en la filiación divina, incorpora firmemente a Cristo, enriquece con una fortaleza especial y hace más sólida e íntima la vinculación con la Iglesia. De esta forma, el cristiano, se compromete mucho más, como testigo de Cristo, a extender y defender la fe con su testimonio (Cf. LG 11; CEC 1285 y 1316).
Los que se acercan al PCC comienzan un camino que supone la preparación al sacramento (o los sacramentos de iniciación) pero que no termina. Se trata entonces de un camino abierto, que se inicia con la catequesis, pero que se continúa más allá. La celebración sacramental es el punto de partida porque busca que la fe se exprese en la vida, así el catequizado puede profundizar su vida cristiana siempre hasta el encuentro definitivo con el Señor.
